Saturday, September 16, 2017

Ha'aretz, el periódico que odia a su país - Vic Rosenthal - Elder of Ziyon




Ha'aretz es el periódico más antiguo aún impreso en Israel. Comenzó su vida en 1918 como un órgano del gobierno militar británico, pero pronto fue captado por los sionistas de izquierda. La familia Schocken  compró el diario en 1935; Gershon Schocken fue editor y editor desde 1939 hasta su muerte en 1990, y su hijo Amos (72 años) ha sido el editor desde entonces. Alrededor del 40% de la propiedad se vendió durante la última década, pero la familia Schocken todavía controla sólidamente el diario.

Según una encuesta realizada a comienzos del año pasado, la edición hebrea de Ha'aretz tiene unas ventas del 4% de la venta diaria, en comparación con casi el 38% del Israel Hayom y el 35% de Yediot Aharonot.  Pero sus web en hebreo e inglés - a pesar de que el acceso a la mayoría del contenido no es gratuito - tienen 26.000 y 18.000 suscriptores respectivamente. En una  entrevista en el Financial Times el año pasado, Amos Schocken afirmó que el diario era "ligeramente rentable".

La política editorial de Ha'aretz está escorada fuertemente a la izquierda. Su alcance del 4% corresponde aproximadamente al 4% de los votantes israelíes que votaron por Meretz, el partido judío más izquierdista en la Knesset. Schocken se  llama a sí mismo sionista

Pero los editoriales del periódico y muchos de sus periodistas lo colocan en la categoría de anti-sionista y anti-Israel. Aunque cree en "el sionismo [como] un punto de vista que contempla al hogar nacional en la Tierra de Israel como una solución para el pueblo judío en el marco de un Estado democrático y judío", su entendimiento de "democrático" implica completa igualdad en casi cada aspecto entre las poblaciones judías y no judías. Pero esta definición vicia la naturaleza judía del Estado, y si se implementa de la manera que Schocken y sus escritores quisieran, resultaría un estado que no sería ni judío ni democrático.

Ha'aretz habla a esa pequeña, incluso minúscula, minoría de judíos israelíes que conforman la extrema izquierda. Pero tiene una influencia mucho mayor de lo que indican sus cifras de circulación. El escritor del Financial Times señala que

El periódico y su sección de negocios, The Marker, son ampliamente leídos entre la élite israelí - incluso por personas que detestan su política - y establecen la agenda en muchos debates políticos. Fuera de Israel, las historias que aparecen en la web en inglés del Ha'aretz influyen en la agenda diaria israelí vista desde Washington y Bruselas.

A pesar de que cuenta con algunos columnistas regulares - Israel Harel y Moshe Arens - que podrían ser llamados de derecha, el periódico emplea a unos escritores indignamente viles, como Gideon Levy,  quién acusó a los pilotos israelíes de crímenes de guerra, a Amira Hass, quien afirmó que arrojar piedras a los judíos es un "derecho de nacimiento" de los palestinos, y al provocador antisionista Rogel Alpher, que defiende que los judíos israelíes deben emigrar del país (el anunció su partida hace casi un año, pero aún no ha cumplido su palabra) y pidió un boicot a los "racistas" Juegos de la Maccabiah (como si no existieran juegos latinoamericanos, asiáticos, africanos...).

¿Es esta la imagen de Israel que queremos presentar a los responsables de la toma de decisiones en Washington y Bruselas?

El Ha'aretz, particularmente su edición inglesa de internet, juega un papel singular y significativo en la campaña internacional para deslegitimar y demonizar al Estado judío. Sirve como una voz judía israelí que trata de validar las peores acusaciones. ¿Es Israel un "estado de apartheid?" Pregunten a Hass. ¿El IDF ataca deliberadamente a los civiles, especialmente a los niños? Aquí hay algunas "pruebas" según la habitual distorsión de Levy. ¿Israel se convierte en una teocracia antidemocrática? Aquí está el editor Aluf Benn diciendo algo similar.

"¿Ven?", dicen los que odian a Israel y los antisemitas? "Incluso esos judíos israelíes, periodistas del diario más antiguo y respetado de Israel, están de acuerdo con nosotros".

Schocken paga a estos saboteadores sediciosos porque representan sus propios puntos de vista. El año pasado, llamó a una presión internacional para "acabar con el apartheid israelí". Él cree que lo que él y su periódico están haciendo es una empresa moral para "conseguir que Israel sea mucho mejor".

Es cierto que el Ha'aretz expone a veces abusos dirigidos contra miembros de las minorías en Israel. Pero su fracaso moral se refleja en su cobertura totalmente desigual del terrorismo palestino y su ignorancia ante la incitación entre los árabes de la AP y de Israel. Asimismo están su total fracaso, o más bien negativa, a  entender las implicaciones de seguridad relacionadas con su recomendación de retirarse de Judea y Samaria, su negativa reiterada y consistente a la hora de comprender la importancia de mantener la naturaleza judía del Estado, el menosprecio de los judíos religiosos y las ideas religiosas judías, su odio hacia los "colonos" y, sobre todo, el puro desprecio demostrado por el único Estado judío existente por la mayoría de sus escritores.

Hay espacio para los medios de comunicación de izquierda en Israel, por mucho que esté en desacuerdo con muchas de sus posiciones. Pero no hay lugar para una publicación que se disfraza de "sionista" mientras ensucia y colabora en el derribo del estado al que le debe la vida.

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