Monday, August 15, 2016

Black Lives Matter y los judíos: Otra promesa de Obama de que no ha cumplido - Shmuel Rosner



Una nube de decepción descendió sobre el campo liberal-judío cuando Black Lives Matter (BLM) adoptó una plataforma hostil a Israel, una plataforma en la culpaba a Israel de cometer "genocidio" contra los palestinos, nada menos.

"Se trata de una muestra de odio, de incitación a la violencia y de perpetuación del antisemitismo", escribió el rabino Ari Hart en Forward. "Estoy profundamente preocupado por este desarrollo alarmante dentro de un movimiento que se ha catapultado a la escena nacional como la voz de los derechos civiles en los últimos meses", escribió el rabino Dan Dorsch en Haaretz. Otros grupos judíos han criticado y rechazado a la plataforma.

Incluso Truah, una organización de rabinos de izquierda muy crítica con Israel, no estaba dispuesta a aceptar una plataforma tan sesgada como la refrendada por la BLM: "Estamos muy consternados por la decisión de remitir la ocupación israelí a un genocidio. Estamos comprometidos con poner fin a la ocupación, la cual conduce a violaciones diarias de los derechos humanos de los palestinos, y también pone en peligro la seguridad de los israelíes. Nuestro trabajo tiene como objetivo construir un futuro justo y seguro tanto para los israelíes como para los palestinos, pues ambos se merecen la misma protección de los derechos humanos como todas las personas".

¿Por qué estos activistas se sienten devastados por esa plataforma? Hart dice que pone su "vida y la vida de mi gente en riesgo". Lo que ya es suficiente. Dorsch entiende que pone la "voz de los derechos civiles en desacuerdo con cualquier voz, como mínimo, tan crítica como pueda serlo con Israel. Su objetivo es hacer que la gente elija: o bien los derechos civiles o bien Israel". Los rabinos de Truah parecen darse cuenta que la plataforma BLM no se preocupa de un "futuro seguro y mejor para israelíes y palestinos", sino que solo le interesa acabar con Israel.

Así, de repente, todos estos activistas y benefactores judíos parecen haberse dado cuenta de que Black Lives Matter no es su aliado, es su enemigo. Un enemigo que quiere destruir a su pueblo. De repente, todas estas personas se han dado cuenta de que la promesa de reparar las fracturas en las relaciones entre judíos y afroamericanos en los Estados Unidos no se cumplirá a corto plazo. Con un corazón roto pueden empezar a contar esta decepción como otra promesa de Barack Obama que no se cumplirá.

Y es que Obama hizo una promesa cuando era candidato a presidente. Me acordé de ello estos últimos días, cuando estaba repasando mi libro de hace cinco años para actualizarlo para una edición en audio. Ahí estaba Obama, en un debate con Hillary Clinton en Cleveland, en febrero de 2008: "Usted sabe, yo no estaría sentado aquí si no fuera por la gran cantidad de judíos estadounidenses que apoyaron el movimiento de los derechos civiles y ayudaron a asegurar que la justicia funcionaría en el Sur. Y como esa coalición se ha desgastado con el paso del tiempo en torno a toda una serie de cuestiones, veo como parte de mi tarea asegurar que esas líneas de comunicación y de entendimiento vuelvan a abrirse".

Yo escribí justo después del debate, "Obama ha tocado un nervio sensible cuando habló de una posibilidad que era inherente a su candidatura: Él tiene la oportunidad de restablecer la alianza entre afroamericanos y judíos. Esta es una promesa que ningún judío liberal estadounidense puede ignorar".

Y no se trató de un desliz aislado. Se trataba de un mensaje bien elaborado, intencional, que el luego Presidente repitió una y otra vez. Además habló sobre este tema con activistas judíos, y lo utilizó mientras hablaba el día de Martin Luther King en una iglesia afroamericana. "El flagelo del antisemitismo se ha revelado en ocasiones en nuestra comunidad", predicó ante su audiencia afroamericana. Les dijo que esto tenía que terminar: "Si un número suficiente de estadounidenses fuera despertado por la injusticia, si se unieran entre sí Norte y Sur, ricos y pobres, cristianos y judíos, entonces tal vez esa muro de injusticia se vendría abajo, y la justicia y la rectitud fluirían como el agua en una poderosa corriente".

Obama prometió ayudar a modificar las relaciones entre blancos y negros en los Estados Unidos, y no fue capaz de lograr su objetivo. Él les dijo específicamente a los judíos de América que podía ayudar a restaurar una de las grandes alianzas en la historia de la comunidad judía estadounidense, sin embargo no fue capaz de lograr su objetivo. ¿Fue su culpa? No tengo ninguna duda de que sus palabras eran genuinas cuando comentaba su deseo de restablecer la alianza. Tampoco no tengo ninguna duda de que al cuestionar constantemente no sólo las políticas de Israel, sino también su moral, Obama contribuyó de alguna manera a la atmósfera que culminó en la plataforma BLM que fue aprobada la semana pasada.

Definitivamente es triste que cincuenta años después de la Guerra de los Seis Días, un tiempo que fue "un punto de inflexión en las relaciones afroamericanas-judías", tal como Adams y Bracey argumentan en su libro acerca de estas relaciones, los judíos se vean de nuevo obligados a realizar esa misma elección: apoyar al activismo afroamericano o al Estado judío. Pero anteriormente las cosas ya salieron mal.

En "La creación y el colapso de la Alianza negro-judía de Murray Friedman", hay una historia sobre el boletín del Comité Coordinador Estudiantil No Violento (NSCC) donde se publicó un artículo en el que se decía que "Estados Unidos apoyó al sionismo por razones neocoloniales y estaba usando a Israel para sus propios fines en África". El artículo iba acompañado de "dibujos y caricaturas antisemitas". Además hay que destacar el hecho de que la campaña anti-israelí de los activistas radicales no distinguía entre Israel y sus partidarios judíos en América y en otros lugares.

Las cosas no han cambiado mucho. Israel sigue teniendo el control de una tierra en disputa y existe un pueblo controlado. Los judíos de los Estados Unidos siguen siendo favorables a la idea de las "Black Lives", pero todavía son reacios a apoyar a una organización con tales posiciones sobre Israel. De hecho no pueden apoyar a una organización con tales posiciones sobre Israel, es decir, debido a que el aspecto preocupante de la plataforma del BLM no es su dura denuncia del control de Cisjordania por parte de Israel, sino el hábito ya tan familiar de señalar a los judíos y de utilizar desagradables mentiras sobre las acciones de los judíos, un hábito que desde luego va mucho más allá de la cuestión de las políticas de Israel.

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